El Hollywood de los videojuegos

A pesar de que vivimos en otra generación más de consolas, hay que tener en cuenta un simple hecho muy importante que ha acontecido a esta octava generación: la alta definición. El salto de visualización gráfica desde nuestras queridas PS2 o Xbox a lo visto hoy en día ha sido de lo más importante y característico de esta generación, gráficos en alta definición de hasta 1080p y con unos 60fps estables, aunque no en todos los juegos.

A pesar de este enorme avance dentro de nuestro mundillo, si es verdad que las compañías desarrolladoras no andan en uno de sus mejores momentos de creatividad, abusando en sobremanera de terceras, cuartas y treceavas partes… así como de las bien llamadas “remasterizaciones en HD” de juegos ya disfrutados en otros años pasados.

Si bien es cierto que volver a jugar a Resident Evil 4, Prince of Persia El Alma del Guerrero o God of War 2 siempre va a ser bienvenido por los jugadores y amantes de esas determinadas sagas, y claro está, si todo ello viene con una mejora sustancialmente notable como para llevarnos las manos a la cabeza, estamos frente a una compra segura de manos de más de un jugador. Esta parte melancólica de las remasterizaciones tiene un fuerte poder de convencimiento para los jugadores que disfrutaron de aquellos títulos en sus viejas máquinas, y permiten a los nuevos poder disfrutar de otro estilo de juego en el que no solo “los graficazos” tienen la palabra.

Hasta aquí deacuerdo, pero… ¿y que pasa con todos los que hemos abusado y rejugado estos títulos hasta la saciedad? Sin duda no merece la pena volver a gastarse 30€ o 40€ por un juego que ya poseíamos en nuestra estantería y que no ha recibido más que un lavado de cara. Cuando las remasterizaciones y packs de juegos comenzaron a salir, denotaban un verdadero trabajo y “empeño” por parte de las compañías por ofrecernos algo más que el simple juego con antialising y un sistema de trofeos o logros, pero a día de hoy ya se les ve demasiado el plumero con la leyenda de que rememoraremos viejas glorias en nuestras PS3 / Xbox360 cuando lo único que quieren es sacarnos los cuartos con un tajo de poca creatividad.

Me remito sin dudarlo a los ultimos lavados de cara de Resident Evil 4 o Resident Evil Code Code Verónica, juegos que ni siquiera han salido en formato físico para su adquisición, y que por desgracia han tenido la mala idea de aparecer por separado a un precio de 20€ cada uno. ¿Merece la pena realmente volver a desembolsarnos 20€ por un juego idéntico al original sin ningún añadido y que encima nos lo están poniendo como “gráficamente mejorado”? Yo diría que no.

Visto lo que ocurre con los cientos de DLCs que estamos ya casi obligados a comprar para completar historias de juegos que ya de por sí valen 70€, las remasterizaciones se están convirtiendo en otra manera de cazar a los jugadores y sacar unos beneficios con muy poco trabajo. Las remasterizaciones comenzaron a venderse con el lema de “disfruta de tu XXXXXXX en alta definición, eslogan que tendríamos que cambiar por “disfruto de mi €€€€€€ por tu compra en ‘alta definición’”.

Somos jugadores, hardcores gamers, amantes de míticas y antiguas sagas… pero de ahí a pagar por cualquier cosa que nos metan en las tiendas, es algo totalmente diferente.
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